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Del pasado «Dia E» (Dia para la excelencia en la educacion de Colombia). La jornada en la FPR

Sin duda hay que entender cual es nuestro rol en todos estos cambios que se anuncian con mas seriedad que antes, aunque no sepamos realmente si se daran reformando resultados en alumnos, docentes y comunidad en general. Pero el hecho de que se mencionen tan frecuentemente (aunque sea a raiz de alguna prueba internacional mal recibida) ya nos dice algo.

La propuesta del ministerio para el dia E, explicada de manera general por la rectora, buscaba identificar en cada institucion colombiana elementos que los proyectara a la excelencia, teniendo como base sus instituciones vecinas y como meta el superar en el 2025 a Chile. Para ello diseñaron una metodologia que se debía seguir, con asistencia y enfoque de taller homogeneizados para el país. Se buscan nuevos estandares de educacion mas altos, conformando un ranking de instituciones.

Como no andamos de lleno en el mundo teorico de la pedagogia ni en el de la educación, y a duras penas logramos entablar un dialogo coherente con los maestros, que resalte nuestro papel de padres -debido a esa eterna dificultad de saberes que se ve en cualquier profesion, sumado a que sufrimos la estrechez que nos dá una jerga  técnica que no dominamos,  la apariencia de un todo metodológico que está ya descrito para la época, y la existencia de unos pocos socialmente autorizados para inducir el mejoramiento en ese campo-, es de esperar que nuestra participación en el ejercicio propuesto por la nación en la busqueda de soluciones y propuestas para introducir como constructo la «excelencia académica» en todos los colegios del país, sea mas bien pobre.

Hemos entonces querido hacer un acercamiento a lo que suedió ese día, ejerciendo descuidadamente nuestro derecho a la curiosidad. Se observó una jornada con participación de alumnos que asistieron en calidad de representantes elegidos por sus pares; la presencia de maestros, aquí conocidos como «intercesores» por razones semanticas y de compromiso con el alumno y el conocimiento; y algunos directivos, comprometidos con la «idea rayuela».  Se noto la ausencia de representantes de los padres, pero quizás era algo de esperarse por la propia naturaleza de la reunión.  Se cumplía así con lo ordenado desde el ministerio de educación para esa jornada,  respecto de la presencia del gobierno escolar, maestros y directivos.

Así mismo se dio paso a una guia de trabajo, adaptada según la linea y estructura del quehacer diario en la propia FPR de Tunja.  Como resultado, se genero un taller cuyo resultado se condensó en unos problemas detectados y algunas recomendaciones al respecto, sustrato necesario para documentar como colegio una propuesta hacia el propio trabajo organizado por el ministerio.

Doble trabajo, diria yo, sin conocer cómo se dió en otras instituciones. Pero necesario sin duda para mantenr el sello «FPR».

Entrevistados al final del ejercicio de este dia, la diretora del establecimiento, Licenciada Lenny Aponte, y una maestra al azar, la intercesora Andrea Mesa, se concluye que la jornada se puede considerar exitosa. Hubo apropiación, participación, elaboración de supuestos individuales y condensación grupal de expectativas, diagnósticos y propuestas de solución.

Para la rectora, Lenny Aponte, la jornada resulto interesante. Desde su punto de vista se encontro frente a una propuesta inicial que hablaba mas de premio y castigo (muy conductista) pero que se logro adaptar al «sistema rayuela, que mas que a los resultados se enfoca en los procesos», con muy buena aceptación de los participantes. Su posición, que es la de la escuela Rayuela, es muy crítica frente a la utilidad del objetivo final de crear un estandar colombiano, pero celebra que se esten incluyendo y discutiendo elementos antes impensables en el sistema educativo formal. Con ello, dice, se facilita las dinamicas de cambio necesarias en nuestro pais para lograr el mejoramiento y llegar a la excelencia.

En perspectiva con el metodo impartido en la FPR, las mediciones estandar de calidad y de resultados aplicadas al grupo de alumnos no es lo indicado. Se hacen en cumplimiento de la normatividad y, supongo yo, algunos son aplicados con fines de sistematizar la inserción del estudiante en el medio habitual externo a la FPR (el cual sigue los parámetros tradicionalmente establecidos) para facilitar la elección «de los mejores», como en el caso del puntaje ICFES para grado 11.

Como lo resume la intercesora Andrea Mesa, la visión humana que sostiene Rayuela del menor, es la de considerar varias perspectivas de persona, integradas en un todo que pretende dar soluciones desde distintos angulos, tantos como individuos existan, construyendo así el conocimiento.  Medir entonces a estos chicos por el metodo general en uso en la escuela tradicional o habitual, es reducirlos a un esquema basico o uniforme, lo cual contrasta con lo enunciado.

Falta eso sí, nuestra integración como padres. O acaso seguimos delegando nuestro rol a la escuela?

O.Jurado